Todos sabemos que ahorrar es importante para tener una buena salud financiera y con ello poder cumplir nuestros objetivos a largo plazo. Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para ahorrar y prefieren gastar todo lo que ganan, o incluso más de lo que pueden permitirse
¿Por qué ocurre esto? ¿Qué factores influyen en nuestro comportamiento financiero?, ¿Cómo podemos cambiar nuestros hábitos de consumo y ahorro?
La inercia o costumbre nos lleva a la desinformación
Gastar dinero porque no tenemos otra cosa que hacer, o porque estamos acostumbrados a hacerlo sin pensar. Entramos en un hábito que no responde a ningún tipo de estímulo o necesidad real. Es un acto cotidiano y rutinario, que no evaluamos ni cuestionamos. Entonces, decimos "sí" a todo, sin pararnos a reflexionar en las consecuencias o en las alternativas.
Este tipo de comportamiento nos lleva a la desinformación y a la falta de control sobre nuestras finanzas personales. No sabemos cuánto gastamos ni en qué lo gastamos. No tenemos un presupuesto ni una planificación financiera. No tenemos claro cuáles son nuestros ingresos y nuestros gastos fijos y variables. No tenemos un fondo de emergencia ni una estrategia de ahorro y ni pensar en una estrategia de inversión. En definitiva, no tenemos una visión global ni a corto ni a largo plazo de nuestra situación económica.
La influencia social y el efecto rebote
Otro factor que nos impulsa a gastar más de lo que deberíamos es la influencia social. Vivimos en una sociedad de consumo, donde se valora el tener más que el ser. Nos comparamos constantemente con los demás, con lo que tienen, lo que hacen y lo que aparentan. Queremos seguir las modas, las tendencias y las novedades. Queremos pertenecer a un grupo, sentirnos aceptados y admirados. Esta presión social puede generar en nosotros una insatisfacción crónica con lo que ya tenemos, y una necesidad de comprar más para compensarla. También puede provocar un efecto rebote, es decir, que gastemos más cuando nos sentimos privados o limitados por alguna circunstancia. Por ejemplo, la pandemia nos obligó a estar más tiempo en casa y a limitar nuestras salidas, lo que pudo generar un fuerte impulso de gastar más cuando se levantaron las restricciones. Es común sentir la necesidad de compensar el tiempo que hemos estado privados de salir o viajar.
Las emociones y el placer inmediato
Finalmente, otro factor que nos hace gastar más de lo que ahorramos son las emociones. El dinero tiene un componente emocional muy fuerte, que puede afectar tanto positiva como negativamente a nuestro comportamiento financiero. Por un lado, el dinero puede generar emociones positivas como alegría, satisfacción, orgullo o seguridad. Por otro lado, nos puede generar emociones negativas como estrés, ansiedad, culpa o miedo.
Estas emociones pueden influir en nuestra forma de gastar o de ahorrar. Por ejemplo, si estamos tristes o aburridos, podemos recurrir al consumo como una forma de aliviar o escapar de esos sentimientos. Si estamos felices o eufóricos, podemos gastar más por impulso o por celebración. En ambos casos, buscamos el placer inmediato, sin pensar en las consecuencias futuras.
Cómo cambiar nuestros hábitos de consumo y ahorro
Hay varios factores psicológicos que nos hacen gastar más de lo que deberíamos. Sin embargo, esto no significa que no podamos cambiar nuestros hábitos y mejorar nuestra relación con el dinero. Aquí te dejo algunos conejos para trabajarlos:
Gastar más de lo que ahorramos es un problema que afecta a muchas personas y que puede tener consecuencias negativas para nuestra salud financiera y nuestra calidad de vida. Sin embargo, podemos cambiar esta situación si entendemos los factores psicológicos que influyen en nuestro comportamiento financiero y así para mejorar nuestros hábitos de consumo y ahorro. No dejes de buscar el origen de estos comportamientos dentro de ti, porque la constancia será un aliado que te ayudará para tener unas finanzas personales más sanas y felices.